Qué es el Club Albatros


Comenzamos esta introducción explicando qué es Albatros, tanto para aquellas personas que aún no lo saben como para otras que nunca se cansan de escucharlo.
Primero daremos respuesta a la pregunta: “¿Por qué Albatros?”. Pues bien: el albatros es un ave que alcanza nada menos que 1,3 metros de longitud y 3,6 metros de envergadura. Eso le dificulta emprender el vuelo pero, una vez en el aire, el extraño albatros es el ave más rápida del mundo. Es capaz de volar 22.545 kilómetros en 42 días, un récord en el reino animal. Es un ave que vuela sobre los mares del hemisferio austral, y cuando se cansa de volar, nada sin temor entre las más encrespadas olas.
Por eso nosotros somos Albatros. Porque quizá nos cueste empezar a volar (nuestro proceso educativo dura cuatro largos años en el caso más breve), pero una vez que lo hacemos, ya no hay vuelta atrás. Vuela lejos y rápido, certeramente. Es grande y visible, apenas pasa desapercibida. Es un pájaro monógamo, que sólo adquiere una pareja en toda su vida, a la que es fiel. En la Asociación, esta monogamia se traduce en una coherencia con los principios que se transmiten y con el Evangelio, valores que nunca se abandonan y que estructuran el ritmo de nuestra vida. El Albatros es un ave majestuosa y elegante, que vuela con fuerza y con principios, sin rendirse, ayudando a los pescadores y a los náufragos. Por todas estas metáforas llenas de sentido y simbolismo somos Albatros, orgullosos de ser el ave más voluminosa de todo el planeta, y una de las asociaciones más antiguas de Navarra.
Albatros se define en tres palabras: grupo, joven cristiano. Y cada una de ellas tiene significado en sí misma y en relación a las otras dos. Decimos GRUPO porque Albatros es enemigo del individualismo, del pensar sólo en uno mismo, del iniciar caminos en solitario, de tener que errar y experimentar los golpes de la vida de manera aislada. Cree, sin embargo, en el apoyarse en los demás, en la confianza y el compañerismo, en la alegría y el compartir, en el construir un camino común que nos haga grande a muchos y no a pocos. Por todo esto, Albatros es un Grupo.
Decimos JOVEN porque de eso está compuesto. Porque en Albatros huimos de lo rancio y lo putrefacto, de lo que no se actualiza, de lo que no tiene ganas ni ilusión, de lo que no crece y da el máximo de sí mismo. Sin embargo, defiende el entusiasmo y el aprendizaje continuo, el futuro y la proyección en un mañana que queremos hacer mejor. Por todo esto, Albatros es inexorablemente joven.
Y decimos CRISTIANO porque Albatros siempre se ha enorgullecido de proclamar a los cuatro vientos que su modelo de vida es Jesús, que es para nosotros el Camino, la Verdad y la Vida. Porque Albatros rechaza el hedonismo y la cultura del tener y del gastar, del rico y del poderoso, del que acumula y no ama. En contraste a esto, Albatros cree, defiende y lucha por inculcar el amor y el servicio, el objetivo vital de construir y hacer real el Reino de Dios en la tierra. Porque somos conscientes de que cada uno llevamos un pedazo de Cristo dentro, como las piezas de un puzzle. Y este puzzle nos hace juntarnos en un grupo, porque cuantas más piezas unidas, más fuerte se podrá llevar a cabo este proyecto común.
Albatros ha supuesto un punto de inflexión para muchísima gente, que reconocen que la Asociación ha dejado un sello indeleble dentro de sí mismos, y que no han vuelto a ser los mismos. A unos, el impulso y la señal de Albatros les ha hecho cambiar radicalmente su enfoque profesional, familiar y vital, viajando a Ecuador, Perú o cualquier otro país en desarrollo, trabajando en ONG o en instituciones sociales y asistenciales. A otros, quizá no les haya otorgado esa fuerza radical, pero sí les ha enseñado a discernir y a valorar, a construir y a trabajar en equipo, a creer y confiar. Estas personas miden toda su vida en base a los valores y principios que han sido adquiridos y aprendidos en Albatros.
Y Albatros nos ha enseñado a Jesucristo. Nos ha acercado a Él, nos ha enseñado a orar y a compartir con los demás nuestro amor por Él. Nos ha hecho aprender que las palabras no sirven de nada si no se ponen en práctica, si no se traducen en acción. Nos han quitado tabúes y vergüenzas para comprender que Cristo es el mejor camino, el que da vida, el que salva y renueva. Quién nos hubiera dicho hace 10 años que íbamos a preparar Pascuas, a dar catequesis, a escribir nosotros mismos oraciones para los chavales y para los monitores, a preparar eucaristías y oficios…Y es que, como ya hemos dicho antes, todos tenemos dentro un trocito de Jesús, esperando a que lo despertemos y lo hagamos crecer. Y Albatros nos ha dado la fuerza suficiente para hacerlo.
El Comité de Monitores
Asociación Juvenil Club Albatros

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